EN MOTO..

POR BANGKOK,

Si, ya sé.. a muchos les entrará la risa, pero ya harta de que me tomen el pelo algunos taxistas y de acabar en la otra punta de la ciudad a más de una hora del lugar indicado al buen hombre, que siempre me dice a todo que si, la última vez que me pasó me enfadé tanto, que me bajé en un semáforo, le planté la mitad de lo que ponía en el contador al tío que ni rechistó y pensé..a tomar por saco todo, ni cascos ni cinturón, ni hostias.

Me acerqué a uno de los taxis moto que llenan las calles de Bangkok, le regatée el precio y alla me subí, pensando, que sea lo que Dios quiera. A la velocidad que van con su chaleco naranja y con las maniobras que hacen entre los coches, hubiese podido perfectamente acabar en una cuneta.. pero no, se ve que fue mi día de suerte.

Eso sí, me tragué mas díoxido de carbono que en diez años en Barcelona y cuando me bajé creí que tenia la cara negra por los tubos de escape. Un poco asfixiada si que iba, pero por lo menos, llegué en media hora a mi destino sin tener que bajarme en medio del recorrido, cabreada como una mona.