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POR LAS RAMAS

"POSTURAS"

"POSTURAS"

Hoy me tocaba de nuevo vigilar un examen. Con una hora y media de por medio, dando vuelta entre las filas de alumnos del colegio, da tiempo para pensar en cualquier cosa. Después de ver las caras de preocupación que ponian algunos en cuanto abrieron el examen, me dedique, una vez que se habían empezado a relajar, a observarlos. La mayoría se olvidan de lo que pasa a su alrededor y acaban probablemente por olvidarse tambien de que los estamos vigilando, así que se ponen cómodos y toman posturas, que sorprendentemente he acabado asociando hoy con las diferentes nacionalidades o culturas a las que pertenecen.

Empecé contando los diferentes grupos étnicos que había en la sala. De los 70 alumnos que había, conseguí contar a cuatro europeos, fácilmente reconocibles entre los demás, por su pelo rubio y tez blanca. Los conocía por tenerlos en clase, dos eran australianos y neozelandeses y los dos restantes eran ingleses. Los demás eran todos asiáticos. Pelo largo y liso color azabache, ojos rasgados que las chicas disimulan aquí pintando una línea para simular el pliegue del parpado y asi parecer más occidentales. En función de la procedencia de los padres, tienen una tez más o menos oscura. En Tailandia, el criterio de belleza se mide casi por el porcentaje de sangre occidental que cada uno lleva, siendo las más afortunadas, las chicas de padre europeo y madre tailandesa, que son una gran mayoría en el colegio. Con el uniforme puesto, la verdad es que poco pueden hacer para distinguirse de las demás, aparte de subirse la falda hasta las axilas si pueden, para transformarla en mini falda, cosa en la que ni se fijan los chicos de la misma edad, por encontrarse en otro mundo en ese momento... 

Los chicos llevaban todos el mismo corte de pelo al puro estilo ejercito tailandés, rapado por los lados y un poco más largo en la cresta. Los que pertenecen a las familias menos adineradas tienen que hacer la mili a partir de los 14 años, y alistarse después si esa es la carrera que han escogido. Algunos se salvan con enchufe, supongo que son la mayoría de los que están en el colegio y otros por convicción de los padres, para servir a su patria y al Rey, no se libran.

El caso es que todos ellos, tanto las chicas como los chicos, se quitan los zapatos. A mí nunca se me hubiese ocurrido hacer eso y aun menos en un examen, probablemente porque los occidentales no tenemos la misma relación con nuestros pies que los asiáticos y solemos esconderlos por vergüenza. Por descontado en los templos donde es un sacrilegio entrar con ellos o ensenar la planta de los pies a la estatua de Buda. En las casas, tambien hay siempre un montón de zapatos en las entradas, porque a nadie se le ocurriría entrar con ellos. Una buena costumbre que pocas veces aplicamos, pero que aquí, se sigue al pie de la letra por razones de higiene. Por lo que en cuanto pueden, se los quitan.. También me sorprendió la flexibilidad que tienen, algunos aguantaron la hora y media del examen sentados con las piernas cruzadas encima de una silla, cosa que he probado al llegar a casa y me ha resultado de lo más incómodo.

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