ULTIMA MORADA
Tantos años viniendo por esta tierra adoptiva y sin visitar el castillo de Púbol, sencillamente porque en verano se pasan los días a lo tonto, entre playa, comida y siesta y que las colas de tráfico le quitan a cualquiera las ganas de moverse de la costa.
Ayer por fin me acerqué hasta el pueblo en el que se encuentra el castillo que Salvador Dalí, tal y como le prometió desde que la conoció, le compró a Gala, en los años 60 en un pueblo pequeño del Baix Empordá. Alli estuvo viviendo ella hasta su muerte pero una de las condiciones del contrato que tenían, era que él no podía ir a visitarla sin su consentimiento, cosa que puede parecer ser otra de las ideas estrambóticas de esta original pareja pero que tiene su explicación. Dicen los rumores que Gala siempre invitaba a jóvenes estudiantes de Arte de Barcelona a visitar el taller del artista y que sus invitaciones no sólo tenían un carácter humanista sino que aprovechaba su fama y probablemente su personalidad arrolladora para cepillarse allí todo lo que se le ponía delante. Lo que al final, se llevó a la tumba, ya que allí descansa, en la cripta del castillo, vigilada por una jirafa disecada con cara de pena. Al puro estilo Dalí.
Foto del taller de Salvador Dalí en Púbol, Girona.
http://www.salvador-dali.org/museus/pubol/en_index.html
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