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POR LAS RAMAS

LA DANZA DEL CORAZON

LA DANZA DEL CORAZON

Cada diecisiete de diciembre desde hace siete siglos, la orden de los derviches danzantes celebra la memoria de su maestro fundador, Yalal ud-Din Rumi, el más grande poeta místico del Islam y, sin lugar a dudas, una de las cumbres de la espiritualidad universal. Danza, canto y música son los vehículos que utilizan para conducir cuerpo y alma hacia la experimentación de las verdades espirituales eternas. No hay mas que verlos bailar para entenderlo.

Rumi que nació en 1230 en lo que hoy es Afganistán escribió:

 

"¿Qué puedo hacer, oh musulmanes?, pues no me reconozco a mi mismo.
No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán.
No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar.
No soy de la mina de la Naturaleza, ni de los cielos giratorios.
No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego.
No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad.
No soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia.
No soy del reino de Irak, ni del país de Jurasán.
No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno.
No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, ni Rizwán.
Mi lugar es el sinlugar, mi señal es la sinseñal.
No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado.

He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno;
Uno busco, Uno conozco, Uno veo, Uno llamo.
Estoy embriagado con la copa del Amor, los dos mundos han desaparecido de mi vida;
no tengo otra cosa que hacer más que el jolgorio y la jarana".

 

 A mi parecer una filosofía que tendríamos que seguir todos...

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