AVIONES
Los domingos cuando mi madre veia que ya estabamos aburridas de montar en bici o en patines que era mi especialidad, nos soltaba la frase magica, "vamos al aeropuerto a ver los aviones". En aquel momento era nuestro gran entretenimiento. Ir al unico aeropuerto que existia entonces, Paris Orly y pegar la cara detras del cristal para ver como en aquella epoca, unos cuantos privilegiados despegaban y dejaban todo atras, era uno de nuestros mayores placeres.
Me imagino ahora que mis padres sonaban con olvidarse de las letras del coche, las facturas y los problemas con el jefe. Nosotras sin saberlo ibamos impregnandonos con ese deseo de escapar aunque no supieramos a donde. No es de extranar que mi madre, mis hermanas y yo en cuanto podemos, nos metemos en un aeropuerto. Hace tiempo que mi padre ha renunciado a seguirnos la pista, se limita a recogernos en coche y preguntarse por que terminal llegamos que es una de sus mayores preocupaciones. Se conoce todos los terminales de Charles de Gaulle, el de los vuelos de Sudamerica por mis dos hermanas hasta el de los vuelos procedentes de Oriente Medio por mi y dentro de unos dias, descubrira el de los vuelos a Estados Unidos por mi madre . Esa es su forma de viajar. Mi hermana Isabel 2 anos menor que yo, se limita, por circunstancias de la vida, al de los vuelos europeos. Quiza sea por el trauma que le produjo un episodio que ha quedado para siempre en la historia de mi familia.
En una de esas visitas dominicales, se perdio durante un par de horas en el aeropuerto. Tenia 5 anos y yo debia de tener 7, recuerdo perfectamente que en un momento de despiste de mis padres y probablemente por iniciativa mia, se metio detras de lo que recuerdo como el panel de una oficina. El hecho es que a mi hermana se la trago el demonio durante un par de horas. Cuando mis padres se dieron cuenta de su ausencia, empezaron a correr por todo el aeropuerto en su busca pero no la encontraron. No quiero pensar ahora con la distancia, en lo mal que lo debieron de pasar, solo recuerdo que a mi me produjo cierta satisfaccion, mi hermana pequena, la graciosa de la casa habia desaparecido y encima si la encontraban se iba a llevar la bronca de su vida. Por fin, por los megafonos avisaron de que se habia encontrado a una nina, que sus padres fueran a recogerla en las oficinas de Iberia. Alli la encontrarton, sentada en las rodillas de una azafata, atiborrandose a caramelos.
El susto se transformo pronto en orgullo, a pesar del incidente, su hija que habia nacido en Francia y era francesa habia explicado que se habia perdido, en espanol, y solo por eso, al menos esa fue la leccion que saque entonces, se olvidaron de la bronca.
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