Blogia
POR LAS RAMAS

EL OLVIDADO

EL OLVIDADO

Ayer mis genes me jugaron una buena pasada. Sentada en un escalon del jardin, fumando mi cigarillo de la tarde, vi a mi abuelo. Con su eterna boina negra y su Gauloise en la mano, la mirada fija a lo lejos. Se llamaba Pedro y no le gustaba hablar, quizas porque mi abuela de caracter fuerte lo decia todo por el. Por lo visto ni siquiera pudo hablar con su suegro para pedirle la mano de su hija, el no hablaba eukera y tuvieron que buscar a alguno del pueblo para traducir. Escapaba de la miseria de un pueblo de la provincia de Almeria. Esto me lo conto mi padre o me lo imagine yo,  tambien que cruzo los pirineos andando para encontrarse con sus hermanos refugiados politicos al otro lado de la frontera. Trabajo durante años en la misma fabrica de las afueras de Paris con otros espanoles que vivian juntos en el mismo barrio. Algunos fueron la familia prestada que formo parte de mi infancia. Tuvo que trabajar para las tropas alemanas que invadieron Paris y despues para las americanas que la liberaron pero nunca lo oimos quejarse de nada. Era feliz con su boina, su tabaco y su vaso de vino, sentado en un escalon del jardin, mirando a lo lejos, pensando en sus cosas.

Ayer me vi yo igual, metida en otras guerras pero en la misma postura, 30 años mas tarde, al otro lado del mundo. 

0 comentarios